Un nuevo chip de diagnóstico y el uso de
condroitín sulfato son algunos de los avances más destacados en artrosis, la
enfermedad reumática más frecuente

Un chip de ADN que permitirá hacer un diagnóstico precoz de la enfermedad y un tratamiento
basado en condroitín sulfato son algunos de los avances más destacados que se
presentaron en el Congreso Mundial de la Artrosis, celebrado el pasado mes de
abril en Barcelona. Los nuevos avances en genética y biología molecular han
abierto nuevas visiones al constatar el papel del componente genético. Esto
puede ayudar a diagnosticar la enfermedad en fases tempranas y, de esta manera,
aplicar las medidas oportunas para evitar que esta progrese.
Un chip para el diagnóstico de la artrosis
El
Arthrosischip es una herramienta que, mediante una simple muestra de saliva,
posibilitará saber si una determinada artrosis previamente diagnosticada tendrá
un avance rápido. Esto facilitará el pronóstico de la enfermedad, de
modo que se podrán aplicar terapias más personalizadas según el resultado.
Estos chips de ADN son un instrumento de diagnóstico que integra conocimientos
de genética molecular y bioinformática para comparar los genes de un paciente
con una muestra problema, la cual contiene los genes de la enfermedad que se
quiere diagnosticar. De esta manera, el chip pone de manifiesto si la persona
que padece artrosis tiene un componente genético predisponente.
Este modelo ha
sido desarrollado por la compañía catalana Bioibérica, en colaboración con la
empresa vasca Progenika y el Hospital Universitario A Coruña. En los ensayos
han colaborado 32 hospitales españoles con la participación de más de 300
pacientes. Esto ha permitido determinar que el chip es capaz de predecir con
certeza el 82% de los casos. La herramienta podría estar disponible a finales
de año.
Condroitín sulfato: posible tratamiento para la artrosis
El segundo tema
destacado del congreso fue el uso de condroitín sulfato como posible
tratamiento para la artrosis. Este fármaco reduce la inflamación
sinovial (sinovitis) y el dolor articular en la rodilla, tal y como se
demuestra en un estudio realizado por el Hospital del Mar de Barcelona. Además,
mejora la funcionalidad de la articulación. Se ha constatado mediante
resonancia magnética nuclear que, en pacientes tratados con condroitín sulfato,
la pérdida de volumen del cartílago es menor, por lo que esta sustancia podría
tener un efecto protector.
Si se diagnostica la artrosis en fases tempranas,
se pueden aplicar las medidas oportunas para evitar que progrese.
Por otra parte,
se ha observado que su efecto antiinflamatorio se prolonga tras la supresión del
tratamiento, de modo que se le ha atribuido un efecto remanente. Hay que
destacar que están en desarrollo tratamientos basados en sondas genéticas
capaces de inhibir la síntesis de proteínas responsables de la degradación de
la articulación. Es una línea de investigación aún muy incipiente, pero que es
probable que en el futuro aporte interesantes resultados.
Artrosis: la enfermedad reumática más frecuente
La
artrosis es la enfermedad reumática más habitual. Está provocada por el
desgaste del cartílago (que recubre los huesos) de las articulaciones.
Este cartílago es el encargado de amortiguar el roce de los huesos y repartir
la carga de la articulación. En las fases iniciales, el cartílago se vuelve
frágil y quebradizo; después se adelgaza de manera progresiva, hasta que
desaparece y deja el hueso al descubierto.
Por su parte, a
medida que el cartílago desaparece, el hueso se vuelve más denso y ensancha su
base creciendo por los extremos. Estos cambios, que pueden verse en las
radiografías, son los llamados "osteofitos". En este proceso, se
desprenden partículas que producen una inflamación sinovial que conlleva dolor,
hinchazón y la consecuente impotencia funcional.
Hasta ahora, ha
sido considerada como una enfermedad propia de la vejez. Y pese a que hay otros
factores implicados, la edad es un factor determinante: se
calcula que un 70% de los mayores de 50 años tienen signos degenerativos en las
radiografías, aunque esto no significa necesariamente que hayan síntomas. Por
otra parte, también hay factores hereditarios, como en el caso
de la artrosis de manos.
El uso
repetitivo con la consiguiente sobrecarga también puede favorecer la
artrosis en determinadas articulaciones, como sería también el caso de las
manos en determinadas profesiones. En el caso de la rodilla y la cadera, el sobrepeso
tiene un papel importante, ya que somete a la articulación a un sobreesfuerzo
continuado. Aunque parece que no solo se trata del exceso
de kilos.
Datos de nuevas
investigaciones apuntan que la disfunción metabólica que
acompaña a la obesidad
puede tener su labor en el desarrollo de trastornos degenerativos en las
articulaciones. Esto es lo que sugiere un reciente estudio estadounidense donde
se trabajó con dos grupos de ratones a los que se había provocado artrosis de
rodilla. El análisis mostró que las dietas hipercalóricas y las alteraciones
metabólicas derivadas (como la diabetes) podrían ser responsables de la
progresión de la enfermedad. De esta manera, no solo habría que luchar contra
el sobrepeso, sino que sería recomendable seguir una dieta sana y equilibrada.
El sexo parece
también un factor asociado; en este caso, las mujeres salen
peor paradas que los hombres, ya que, a partir de los cincuenta años, la
menopausia acelera los procesos artrósicos.
Prevenir la artrosis
A pesar de que, de momento, no hay disponible un tratamiento curativo
para esta enfermedad
reumática, si es posible prevenirla y enlentecer su progresión. Para ello,
es importante evitar el sobrepeso y seguir unos hábitos nutricionales y
de descanso adecuados. Determinadas actividades profesionales suponen
una sobrecarga para algunas articulaciones; por este motivo resulta fundamental
adecuar el puesto de trabajo para minimizar el problema. En estos casos,
también puede ser interesante efectuar algún tipo de actividad
física que ayude a compensar y corregir esta sobrecarga (por ejemplo, si se
hace trabajo de oficina, practicar natación para fortalecer la musculatura de
la espalda).
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