Poseer una u otra versión de
un gen clave de la metabolización del folato, una vitamina B,
marcaría una gran diferencia en la respuesta a los suplementos
con la vitamina que se utilizan para tratar los síntomas
negativos de la esquizofrenia.
Un equipo estudió a 140 personas con esquizofrenia durante
16 semanas y halló que las portadoras de una variante de alta
performance del gen FOLH1 respondían más al ácido fólico y los
suplementos con vitamina B12 que las portadoras de la variante
de baja performance del gen.
"Es un gen que controla la digestión del folato (o ácido
fólico) en la sangre", dijo el autor principal, doctor Joshua
Roffman, del Hospital General de Massachusetts, Charlestown.
El folato, una de las vitaminas B, interviene en la
producción de los neurotransmisores. Desde los años 60, según
recordó Roffman, la deficiencia de folato está asociada con la
aparición de la esquizofrenia y hay investigadores que
detectaron un aumento de los trastornos mentales después de
hambrunas en China y los Países Bajos, por ejemplo.
Pero comentó que este estudio es el primero sobre los
efectos de los suplementos con folato en un grupo grande con esa
enfermedad mental en varios hospitales de Massachusetts, Nueva
York y Michigan.
El equipo publica en JAMA Psychiatry que apuntó a los
llamados síntomas negativos de la esquizofrenia (apatía,
retraimiento social e incapacidad de manifestar emociones), que
no son tan graves como los síntomas más conocidos, como las
alucinaciones, los delirios y la paranoia, pero causan un
deterioro significativo, porque los antipsicóticos no los
modifican.
"No hay nada aceptado universalmente que ayude. Por lo que
hay una gran necesidad de este tipo de estudios", dijo el doctor
Scott Stroup, profesor de psiquiatría de Columbia University,
NYC, y que no participó del estudio.
Los autores convocaron a 140 pacientes con esquizofrenia y,
al azar, los dividieron en dos grupos. Uno recibió 2 mg de ácido
fólico y 400 mcg de vitamina B12, que potencia el efecto del
ácido fólico, diarios durante 16 semanas. El otro grupo recibió
píldoras de placebo, sin suspenderle el tratamiento normal
(grupo control).
Al inicio del estudio, los pacientes tenían síntomas
moderados a graves, según reveló una evaluación con una escala
para determinar la gravedad de los síntomas negativos.
El grupo tratado con el suplemento mejoró en las 16 semanas,
pero recién cuando el equipo analizó qué variante del gen FOLH1
poseía cada participante se pudo identificar al subgrupo más
beneficiado.
Los portadores de la versión de alta performance del gen
eran los que mejor procesaban los suplementos. En esos
participantes, los síntomas negativos cayeron unos cinco puntos,
un cambio significativo que no se registró en los integrantes
del grupo control con la misma variante del gen.
"El nivel de variación de los síntomas observada en el
estudio no pasarían desapercibidos (...) aunque no deja de ser
una mejoría leve", aclaró Roffman.
Agregó que, al inicio del estudio, los participantes con la
variante del FOLH1 de alta performance también tenían niveles de
folato en sangre más altos que los participantes con la variante
de baja performance.
Los valores de folato en sangre de los portadores de la
variante de baja performance tratados con los suplementos
finalmente alcanzaron los niveles de los portadores de la
variante de alta performance. Y esos participantes habrían
mejorado en la escala de evaluación de síntomas si el estudio
hubiese durado más de 16 semanas.
Stroup considera que aún no existe demasiada información
como para utilizar ácido fólico y suplementos con vitamina B12
en el tratamiento de personas con esquizofrenia y reconoció la
importancia de la investigación. "El efecto en los síntomas
negativos fue bastante reducido, pero el estudio publicado es
importante", sostuvo.
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