Existen una serie de creencias
respecto a los primeros auxilios que muchas personas comparten. Algunas pueden
resultar eficaces pero otras son contraproducentes. Por eso, los especialistas
recuerdan que ante el desconocimiento o la duda, lo mejor es abstenerse. En
este artículo se describen las prácticas usadas como primeros auxilios que no
tienen una base científica y que, incluso, pueden empeorar el problema.
1. A los deportistas o a quienes
realizan una actividad muscular, es común que sufran de periostitis tibial, es
decir, un dolor en lo que conocemos como espinilla. Esto pasa porque los
músculos que están en la zona de la tibia se contraen.
Se dice que para solucionarlo es
bueno correr; sí, seguir corriendo para aligerar el dolor. Pero, lo que realmente
sucede si sigues haciendo deporte, es que el dolor no cesará, pues seguirá la
inflamación y si insistes en correr, el dolor, puede convertirse en una
fractura post estrés. Lo recomendable es ir a una evaluación médica.
2. Algo que tomamos como solución
para cortes y heridas es poner alcohol sobre ellas, con el fin de limpiarlas y
que cicatricen más rápido, cuando el agua es suficiente para limpiar cualquier
herida, más tratándose de una de no muy gran magnitud. Lo que debes hacer es
limpiarla con agua e incluso con un poco de jabón, poner algún antiséptico
-recomendado por un doctor- y cubrir con vendas la herida.
3. Primeros auxilios en
quemaduras: ¿dentífrico, mantequilla y clara de huevo?
Ante una quemadura, una costumbre
frecuente es aplicar dentífrico en la zona lesionada. Es posible que esta idea
surja del efecto refrescante que aporta la pasta, pero se trata de una falsa
mejoría perniciosa por sus consecuencias, ya que la pasta de dientes es
abrasiva y agrava la lesión. Tampoco debe aplicarse aceite o mantequilla, ya
que ensucia la herida y puede empeorar las cicatrices posteriores.
Otro mito es el de aplicar clara
de huevo a la quemadura con la creencia de que acelera la cicatrización gracias
al colágeno. En primer lugar, la clara de huevo no contiene colágeno sino
proteínas (albúmina). Si se emplea sobre una quemadura, queda pegada a la piel
y dificulta la limpieza del lecho de la herida. Por otra parte, con esta
práctica lo que se hace es dar nutrientes a las bacterias que colonizan la piel
y facilitar las infecciones.
Ante una quemadura, lo mejor es
aplicar agua fría (no hielo) y cubrir la zona con un pañuelo limpio o mejor, un
apósito estéril (gasa). Si la quemadura no es grave y la piel está solo
enrojecida, bastará un antiinflamatorio tópico. Si hay heridas o ampollas,
consultar a un servicio médico.
4. Hemorragia nasal: echar la
cabeza hacia atrás
Ante una contusión, es muy
práctico y económico aplicar frío con una bolsa de guisantes congelados
Echar la cabeza hacia atrás ante
una hemorragia nasal no detiene el sangrado. Lo que ocurre es que la sangre, en
lugar de salir por el orificio nasal, se dirige a la parte posterior de la
nariz y va hacia la garganta y la boca. De hecho, hay que hacer lo contrario.
Para detener la hemorragia, hay que inclinar la cabeza hacia delante
presionando la zona lateral del lado de la nariz que sangra, justo en la zona
en que termina el hueso y empieza la zona carnosa. La presión debe ser firme y
continua durante diez minutos. Si se aplica un poco de frío en la zona, que
tiene un efecto vasoconstrictor, también puede resultar útil.
5. Golpear la espalda ante un
atragantamiento
Es una práctica casi instintiva.
No obstante, esta acción tan bien intencionada puede ser desacertada ya que
puede favorecer la impactación del cuerpo extraño y empeorar la obstrucción de
las vías aéreas. Ante esta contingencia debe practicarse la denominada maniobra
de Heimlich, que consiste en colocarse detrás del afectado y rodearlo con los
brazos para hacer una compresión por debajo de la boca del estómago. De esta
manera, se impulsa de forma brusca el aire hacia arriba, de modo que facilita
la expulsión del cuerpo extraño.
6. Provocar el vómito ante una
intoxicación
A pesar de que es cierto que el
vómito puede facilitar la eliminación del tóxico, no siempre es recomendable.
Si la sustancia que se ha ingerido es corrosiva (lejía, amoniaco, etc.),
devolver es contraproducente ya que lesionará la parte alta del tubo digestivo.
También hay que ser muy prudentes al provocar el vómito en una persona
semiinconsciente, porque pueden producirse aspiraciones del contenido gástrico
hacia las vías respiratorias.
7. Sujetar a las víctimas de
convulsiones
En un ataque o crisis convulsiva
se producen movimientos no controlados de las extremidades que pueden ser
relativamente violentos. Si se sujeta con fuerza al afectado para evitarlos, se
corre el riesgo de provocar lesiones a quien sufre las convulsiones. Además, la
inmovilización no acorta el ataque ni reduce los efectos. De la misma manera,
está contraindicado intentar introducir un objeto en la boca para evitar que se
muerda la lengua y administrar medicamentos orales, aunque sean
antiepilépticos.
Ante una crisis convulsiva, hay
que sujetar con suavidad al individuo para evitar que se lesione y amortiguar
la cabeza y voltearlo de costado para impedir que, en caso de vómito, se
produzca una aspiración hacia los pulmones. Al intentar introducir un objeto en
la boca para imposibilitar que se muerda, además de lesionar al afectado, se
corre el riesgo de sufrir una mordedura involuntaria.
8. Succionar el veneno en caso de
mordedura de serpiente
¡Quién no lo ha visto en una
película! La idea de que hay que succionar el veneno de una mordedura de
serpiente está muy arraigada. Pero lo cierto es que lo idóneo es no manipular
demasiado la zona para no provocar lesiones más importantes. En la mordedura,
además del veneno, suelen inocularse sustancias que lesionan los tejidos
circundantes que facilitan la propagación del tóxico.
Por este motivo, no hay que
efectuar cortes y, en caso de succionar el veneno (medida muy controvertida
según distintos especialistas), debe hacerse con mucho cuidado ya que puede ser
peligrosa para la persona que la efectúa porque, si tiene alguna lesión en la
cavidad bucal, podría absorber la toxina. Tampoco deben practicarse torniquetes
para evitar que el veneno se distribuya por el organismo, ya que esto puede
comprometer el riego sanguíneo de la herida y empeorarla.
En estos casos, lo adecuado es presionar
de forma suave la herida para hacer brotar la sangre, inmovilizar el miembro
afectado y procurar que se mantenga quieto y tranquilo, ya que el ejercicio y
la ansiedad aumentan el riego sanguíneo y hace que el veneno se difunda con
mayor rapidez.
9. Poner un filete sobre una
contusión
Otro remedio "de
película" es colocar un filete sobre un ojo morado u otro tipo de
contusión. En este caso, el efecto beneficioso se produce solo por el frío, sin
que intervengan para nada los componentes de la carne. El filete ayudaría a
aplicar mejor el frío, ya que se adapta mejor a la zona afectada. Pero puestos
a utilizar remedios caseros, es más higiénico y económico colocar una bolsa de
guisantes congelados.
10. Orinar sobre la picadura de
medusa
No está demostrado que funcione.
En caso de picadura, de entrada, el agua salada puede ser un buen remedio para
lavar la zona y calmar un poco el escozor. Es importante no aplicar agua dulce,
ya que rompe las células urticariantes, lo que puede provocar una mayor
liberación de toxina. El frío local (un pañuelo con unos cubitos de hielo)
también atenúa las molestias, aunque no es conveniente darlo de forma directa.
Una solución de vinagre al 50% o amoniaco puede ser efectiva para desactivar la
acción de la toxina.
11. Algunas personas recomiendan
sacar el aguijón de una abeja cuando te pica, pero esto podría provocar que el
veneno que se encuentra en el saco se introduzca a tu cuerpo. Es mejor sacarlo
con las uñas limpias. Y si hay malestares como dificultad respiratoria, hay que
llevar al afectado a urgencias, porque puede ser de vida o muerte.
Una solución que puedes aplicar
es la mezcla de levadura en polvo con agua para formar una pasta que pondrás
sobre la herida, lo más rápido posible. Esto ayuda a neutralizar el ácido que
produce la picadura. También puedes pasar una aspirina mojada por la zona para
aliviar el dolor y la inflamación.
12. Dicen que el whisky es un
buen remedio para todo. De hecho, se dice que sirve para quitar el dolor de
muelas. Pero, a menos que sea una botella entera tal vez se te olvide el dolor,
pues no sirve para quitarlo.
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