Las
hierbas medicinales pueden ser una buena alternativa, sana, natural y económica
para el tratamiento de problemas de salud leves.
El consumo de plantas con fines terapéuticos es una práctica que se resiste al
paso del tiempo. A pesar de que hoy en día existen multitud de fármacos muy
eficaces, el empleo de hierbas medicinales aumenta. No hay que despreciar su
valor curativo, pero los especialistas insisten en que tampoco hay que caer en
el error de creer que, por naturales, están exentas de efectos
secundarios. En este artículo se describen cuáles son las mejores
maneras de recolectar plantas medicinales, conservarlas y prepararlas y para
qué problemas de salud están indicadas.
Plantas medicinales: cómo recolectarlas y conservarlas
Aprender a reconocer las plantas medicinales más
útiles y de uso frecuente es sencillo y la mayoría de las especies son abundantes
y fáciles de encontrar. La mejor época del año para
recolectarlas dependerá del ejemplar que interese: si se buscan flores, la
primavera es la más indicada, pero si se quiere el fruto, será mejor esperar al
verano.
Los problemas de salud que con más frecuencia se
tratan con la fitoterapia son los digestivos, la ansiedad, el insomnio y el
sobrepeso.
Hay que recogerlas en lugares limpios,
lejos de campos de cultivo en los que se hayan podido utilizar fertilizantes u
otras sustancias químicas. Es mejor evitar las primeras horas
de la mañana o el atardecer, ya que las plantas tienen mayor cantidad de
humedad, y desechar los ejemplares que se hallen en mal estado.
Para el secado se colocarán las
plantas en un lugar seco, bien ventilado y a la sombra. Para su conservación,
son idóneos los frascos de cristal, que también deberán guardarse en un lugar
seco y protegidos de la luz. A fin de que conserven toda su capacidad
curativa, las plantas medicinales deben ser reemplazadas todos los años.
Cómo preparar las plantas medicinales
Según el tipo de planta y el uso al que se
destine, esta debe ser preparada de distinta manera. A continuación se
describen unas cuantas formas de hacerlo:
- Infusión: suele preferirse para las flores y las hojas tiernas. Se prepara vertiendo cierta cantidad de hojas (suele ser cerca de una cucharada pequeña) en una taza de agua hirviendo. Se tapa, se deja reposar de 5 a 10 minutos y se endulza con miel o con azúcar.
- Cocimiento: es habitual para preparar hojas más duras, frutos o cortezas. Se vierte la cantidad indicada en agua y se hierve durante 2 o 3 minutos.
- Para baños y gargarismos: se utilizan unos 30 gramos de planta seca que se ponen a hervir en un litro de agua durante diez minutos y, luego, se tapa.
- Para compresas: suelen emplearse hierbas que vienen preparadas en forma de harina. Se hace una pasta con agua y se aplica. También pueden hacerse empapando una gasa limpia con la infusión.
- Para tratamientos de cosmética: hay hierbas que se presentan en forma de cremas, listas para su aplicación.
Plantas medicinales: los remedios de la abuela
- Catarro: se puede preparar una infusión de menta o eucalipto, ambas fáciles de encontrar. En el caso de la menta, es importante recolectarla en tiempo de floración y secarla a la sombra. Si se prefiere, en lugar de tomar una infusión, está la opción de preparar unos vahos poniendo a hervir 30 gr de hojas secas en un litro de agua durante unos minutos. Los vapores desprendidos tienen un efecto anticongestivo, suavizando la tos y, además, son buenos para el cutis.
A fin de que
conserven toda su capacidad curativa, las plantas medicinales deben ser
reemplazadas todos los años
- Dolor de garganta o afonía: la agrimonia es famosa entre los cantantes de ópera por sus propiedades. Es muy común en toda la península y se puede utilizar toda la planta entera (sin raíz) o solo las hojas. También son eficaces los gargarismos con infusiones de salvia u orégano. Para elaborarlas solo hace falta verter dos cucharaditas de hojas en medio litro de agua, llevarla a ebullición y dejar reposar, tapada, durante diez minutos. Con ellas se hacen las gárgaras 3 o 4 veces al día.
- Tos: un buen remedio son los cocimientos con semillas de anís verde. Se preparan con una o dos cucharaditas de semillas que se vierten en una taza de agua hirviendo. Se deja reposar, tapada, durante 15 minutos.
- Nervios: una de las plantas más populares para calmar los nervios es la tila, cuyas flores deben ser recolectadas inmediatamente después de florecer, a mediados de verano. El tilo es un árbol frecuente en la zona norte, pero escasea en el resto de la península. La lavanda y la valeriana también tienen efectos sedantes. De la lavanda se utilizan sus flores, que deben ser recogidas en verano y secadas a la sombra. En el caso de la valeriana, la parte más activa se encuentra en la raíz y es el otoño el momento más idóneo para encontrarla. Es importante limpiarlas bien antes de proceder al secado y almacenamiento. Los frutos del lúpulo recolectados en verano, antes de que estén totalmente maduros, y después secados, también están indicados para el mismo fin. Dados sus suaves efectos sedantes, todas estas plantas son idóneas en caso de insomnio.
- Digestiones pesadas: ¿quién no ha tomado alguna vez una infusión de hierba luisa? Es una planta tan popular que es frecuente hallarla en muchos jardines y huertos. Se utilizan las hojas, que deben ser recolectadas en verano. También tiene un efecto sedante suave. Si se prefiere, puede prepararse un cocimiento con frutos o raíces de hinojo, también abundante y fácil de encontrar. El mejor momento para recolectar las raíces es durante la primavera y, para los frutos, el otoño. También es efectiva una infusión de flores de milenrama que, además, mejora la flatulencia y despierta el apetito. Esta planta puede recolectarse durante todo el verano, siendo fácil de localizar en toda la península excepto en el sur. La menta, la melisa y el lúpulo también son eficaces en estos casos.
- Estreñimiento: las semillas de lino, enteras o molidas y dejadas en maceración con un poco de agua, pueden tomarse 2 o 3 veces al día sin problemas, con un efecto laxante suave. También son eficaces las semillas de zaragotana, recolectadas entre agosto y septiembre y preparadas de la misma forma.
- Dolor abdominal: muy populares son las infusiones de manzanilla, también con efecto regulador de las digestiones. Se utilizan las flores que pueden recogerse de mayo a agosto. Asimismo, la hierba luisa, la menta o la melisa son eficaces en estos casos.
- Golpes y contusiones: la solución idónea para los pequeños golpes pueden ser unas compresas de caléndula o hamamelis que se preparan hirviendo la planta en medio litro de agua y dejando enfriar luego, ya que para mejorar el efecto antiinflamatorio es mejor aplicar las compresas frías. Otra planta también muy utilizada durante años es el árnica. Con ella pueden prepararse tinturas: las flores recién recolectadas se maceran en alcohol.
- Efecto revitalizante: para conseguir este resultado, se emplean los baños calientes a base de aceites esenciales de lavanda, manzanilla o rosa, de venta en herboristerías. También se puede preparar en casa de la siguiente manera. Se vierten dos puñados de flores de lavanda en un litro de agua hirviendo y se dejar reposar durante media hora. A continuación, se cuela el líquido y se añade luego al agua del baño. Especial efecto vigorizante tienen las raíces de una planta proveniente de Asia y América, el ginseng. En tiendas especializadas las comercializan de distintas formas. Cabe destacar que también hay medicamentos que incorporan esta planta.
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