La tos se produce por contracción espasmódica repentina y
a veces repetitiva de la cavidad torácica que da como resultado una liberación
violenta del aire de los pulmones, lo que produce un sonido característico.
Mecanismo
La tos se puede iniciar bien de forma
voluntaria o como un mecanismo reflejo. Como reflejo defensivo tiene vías tanto
sintomáticas como asintomáticas. La parte sintomática comprende receptores
dentro de la distribución sensorial de los nervios trigémino, glosofaríngeo,
laríngeo superior y vago. La parte asintomática comprende el nervio laríngeo
recurrente (que produce el cierre de la glotis) y los nervios espinales (que
producen contracción de la musculatura torácica y abdominal). La secuencia de
la tos comprende un estímulo apropiado que inicia una inspiración profunda.
Esto se sigue del cierre de la glotis, relajación diafragmática y una
contracción muscular frente a la glotis cerrada de forma que se produce el
máximo de presión positiva dentro del tórax y de las vías respiratorias. Estas
presiones positivas intratorácicas dan lugar a un estrechamiento de la tráquea
a través de un pliegue de la membrana posterior, más elástica. Una vez que se
abre la glotis, la combinación de una gran diferencia de presiones entre las
vías respiratorias y la atmósfera junto con este estrechamiento traqueal
produce flujos a través de la tráquea cuya velocidad se aproxima a la del
sonido. Las fuerzas de cizallamiento que se desarrollan cooperan en la
expulsión del moco y cuerpos extraños.
Etiología
La tos se produce por la
estimulación inflamatoria, mecánica, química o térmica de los receptores de la
tos. La estimulación inflamatoria se inicia por el edema y la hiperemia de las
mucosas respiratorias, como ocurre en la bronquitis bacteriana o vírica, el
resfriado común, y el consumo excesivo de tabaco. También puede ser causada por
la irritación producida por procesos exudativos, como el goteo nasal posterior
y el reflujo gastroesofágico con aspiración. Dichos estímulos pueden surgir
bien en las vías respiratorias (como ocurre en la laringitis, traqueítis,
bronquitis y bronquiolitis) o bien en los alveolos (como ocurre en la
neumonitis y en los abscesos pulmonares). Los estímulos mecánicos se producen
por la inhalación de partículas tales como las de polvo, y por la compresión de
las vías respiratorias o el ejercicio o presión sobre estas estructuras. Las
lesiones que se asocian con la compresión de las vías respiratorias pueden ser
extra o intramurales. Entre estas últimas figuran los aneurismas de la aorta,
granuloma, neoplasias pulmonares y tumores del mediastino; las lesiones
intramurales comprenden los carcinomas broncógenos, adenomas bronquiales,
cuerpos extraños, afectación granulomatosa del interior de los bronquios, y la
contracción de los músculos lisos de las vías respiratorias (asma bronquial).
La presión o tensión sobre las vías respiratorias se produce, por lo general,
por lesiones que se asocian con un descenso en la eslasticidad pulmonar.
Ejemplos de causas específicas son las fibrosisintersticiales agudas y
crónicas, el edema pulmonar y las atelectasias. Los estímulos químicos pueden
producirse a partir de la inhalación de gases irritantes, entre los que figuran
el humo del tabaco y los vapores químicos. Muchos otros fármacos pueden ejercer
efectos adversos sobre el aparato respiratorio y a través de ellos causar tos.
sin embargo, la tos per se es el efecto secundario principal de los inhibidores
de la enzima convertidora de angiotensina. Por último, los estímulos térmicos
pueden deberse a la inhalación de aire, muy caliente o muy frío.
La tos se suele asociar a
sibilancias episódicas secundarias a la broncoconstricción de los pacientes con
asma bronquial sintomático. La tos crónica o persistente puede ser la única
manifestación de un asma bronquial ("tos asmática"). Tales pacientes
se caracterizan por:
1) ausencia
de una historia de sibilancias episódicas y la tráquea, y
2) falta
de obstrucción de la trpaquea al flujo espiratorio de las vías respiratorias en
la espirometría, pero
3) presentan
una hiperreactividad de las vías respiratorias (características del asma)
cuando éstas se exponen a un agente colinérgico como la metacolina.
Clasificación
Existen diversos tipos de tos:
según los elementos que la
compongan:
- seca: sólo expulsa aire
- productiva: expulsa aire acompañado de esputo, es decir produce expectoración
- emétizante: que produce vómitos (con alimentos, bilis, etc.)
- · según su duración:
- aguda: menos de 3 semanas
- subaguda: de 3 a 8 semanas
- crónica: más de 8 semanas
según su presentación:
- espasmódica: en forma de espasmos
- sibilante: acompañada de ruidos respiratorios agudos
- convulsiva o convulsa: accesos violentos, intermitentes y sofocantes de tos. Golpes de tos
- nocturna: sólo o principalmente aparece por la noche
- de esfuerzo: provocada voluntariamente, generalmente para expulsar alimentos o cuerpos extraños ingeridos
según determinadas
enfermedades:
- tosferina
- tos perruna: producida por espasmos de la laringe
- tos vómica: tos acompañada de vómitos purulentos
Evaluación diagnóstica
La historia es el elemento más
importante de la valoración. Debe abarcar los siguientes puntos:
1.
La tos, ¿es aguda o crónica?
2.
¿Se asocia con fiebre?
3.
¿Se acompaña de expectoración? Si es así, ¿cuáles son sus
características?
4.
¿Es estacional?
5.
¿Tiene el paciente factores de riesgo importantes para
desarrollar alguna enfermedad? (p. ej., tabaquismo, adicción a drogas
intravenosas, inmovilización, exposición ambiental a tóxicos)
6.
¿Cómo es su historia médica anterior?
La exploración física, la
radiografía de tórax, el análisis de esputo y las pruebas de función pulmonar
(volúmenes pulmonares estáticos y estudio dinámico de flujos) pueden indicar
entonces la causa específica. La historia puede orientar hacia un diagnóstico específico.
Los episodios agudos de tos se pueden asociar con infecciones virales tales
como la traqueítis aguda o la neumonitis, o con una bronconeumonía bacteriana.
La tos asociada con un episodio febril agudo y que se acompaña de ronquera se
debe, por lo general, a una laringotraqueobronquitis. El goteo nasal posterior
es también una causa frecuente de tos crónica.
El carácter de la tos puede
sugerir la localización anatómica de la infección: el paciente con un tipo
"perruno" de tos puede tener una afectación de la epiglotis (por
ejemplo, "tos ferina" debida a una infección por Bordetella pertussis
en los niños pequeños), mientras que la tos que se asocia en la tráquea con una
afectación traqueal o de las vías respiratorias es, con frecuencia, fuerte y
"áspera". La tos que se asocia con las sibilancias generalizadas se
puede producir por un broncoespasmo agudo. El momento en el que se produce la
tos puede también indicar una causa específica: una tos que se produce de forma
selectiva durante la noche sugiere la presencia de una insuficiencia cardíaca
congestiva; una tos relacionada con las comidas sugiere una fístula
traqueoesofágica, una hernia de hiato o un divertículo esofágico; una tos que
se desencadena por un cambio de la posición sugiere un absceso pulmonar o un
área localizada de bronquiectasias. La descripción del esputo o de las
secreciones producidas con la tos debe comprender el color, la consistencia, el
olor y el volumen: los esputos muy abundantes y purulentos sugieren un absceso
pulmonar o una bronquiectasia; los esputos sanguinolentos, sangrado (véase
hemoptisis); los esputos espumosos y teñidos de sangre, edema pulmonar; los
esputos abundantes y mucinosos, carcinoma de células alveolares.
La exploración física general
puede apuntar hacia una causa extrapulmonar de la tos, como una insuficiencia
cardíaca, una neoplasia extrapulmonar, una inmunodeficiencia, etc. El carácter
de los datos ausculatorios puede sugerir cualquier enfermedad: en las
enfermedades de la laringe se puede encontrar un estridor inspiratorio con
sibilancias; los roncus inspiratorios y espiratorios van en favor de la
afectación predominante de la tráquea y de los bronquios principales; los
estertores subcrepitantes inspiratorios rudos pueden indicar la presencia de
fibrosis intersticial, edema o ambos; los estertores crepitantes finos pueden
indicar una neumonítis o un edema pulmonar, que llena los alveolos de líquido.
La radiografía de tórax puede revelar la causa de la tos; puede mostrar una
lesión ocupante de espacio intrapulmonar que puede ser central o periférica, un
proceso que llena los alveolos y que puede ser neumónico o no neumónico, un
área en panal de abeja y formación de quistes que puede indicar una zona de
bronquiectasias localizadas, o una adenopatía biliar bilateral que puede
indicar la persencia de una sarcoidosis o un linfoma.
El cuidadoso examen de esputo
puede arrojar más luz que la descripción del propio paciente sobre las
características del mismo. El examen muestra si la expectoración es fluida o
viscosa, purulenta, de mal olor, teñida de sangre, o bien escasa o copiosa. En
la neumonía producida por Klebsiella puede parecer "jalea de
grosellas". La tinción de Gram y el cultivo de muestras obtenidas de una
tos profunda pueden poner de manifiesto una causa bacteriana, fúngica o
micoplásmica específica, mientras que la citología del esputo puede establecer
un diagnóstico positivo de neoplasia pulmonar.
La broncoscopia puede poner de
manifiesto la causa de una tos crónica, por lo demás inexplicada. Los estudios de
función pulmonar pueden ser también de utilidad. Una obstrucción espiratoria
significativa del flujo aéreo (determinada a través de una maniobra de flujo
espiratorio forzado), junto con una historia de tos y producción considerable
de esputo sugiere que, con independencia de otros hallazgos, el paciente tiene
una bronquitis importante. La disminución de los volúmenes pulmonares
(determinados a través de los volúmenes pulmonares estáticos) sugieren la
presencia de una enfermedad restrictiva. Quizá de mayor importancia que
proporcionar un diagnóstico específico en la tráquea, los resultados de función
pulmonar son útiles en lo que se refiere a cuantificar la gravedad de la
enfermedad y su progresión a lo largo del tiempo, y para valorar la eficacia de
cualquier intervención terapéutica.
Hay que resaltar dos
características de la tos:
1.
Entre los fumadores de cigarrillos, la tos suele ser tan
frecuente que se ignora o su importancia se reduce al mínimo. Cualquier cambio
en la naturaleza o carácter de una tos crónica de fumador debe poner
inmediatamente en marcha la valoración diagnóstica, y debe prestarse particular
atención a la detección de un carcinoma broncógeno.
2.
Las mujeres suelen deglutir sus esputos y no expectorar de la
misma forma que lo hacen los varones. Esta tendencia puede llevar a la
conclusión incorrecta de que la tos de un paciente es irritativa y no
productiva (no se acompaña de expectoración).
Complicaciones
Los mecanismos de la tos pueden
ocasionar la siguientes complicaciones:
- Síncope tusígeno, debido a la disminución de la circulación cerebral, a causa de la disminución del gasto cardíaco secundario a la disminución de la circulación venosa hacia el corazón que sería consecuencia del aumento de la presión intratorácica que acompaña a la tos paroxística.
- Rotura de bula enfisematosa.
- Fracturas costales. En este caso, pueden existir enfermedades asociadas como mieloma múltiple, osteoporosis o metástasis osteolíticas.
- Costocondritis.
- Hemorragia pulmonar.
Vía aérea intervenida
La traqueostomía corta el
circuito de las vías respiratorias y los tubos endotraqueales impiden el cierre
de la glotis. Por tanto, ambos elementos disminuyen la eficacia del mecanismo
de la tos.
Tratamiento
El tratamiento definitivo de la tos
se basa en determinar su causa exacta e iniciar entonces un tratamiento
específico de la causa subyacente. Cuando se hace esto, el tratamiento
específico es habitualmente eficaz, como cuando se abandona el tabaco, se trata
con antibiótico una infección bacteriana específica, o se suprime el reflujo
gastroesofágico.
Se debe valorar el tratamiento
sintomático o no específico de la tos cuando: 1) la causa de la tos se
desconoce o no es posible un tratamiento específico, y 2) cuando la tos no
tiene utilidad o supone un riesgo potencial, o si causa incomodidad sustancial.
La tos irritativa no productiva puede suprimirse con un fármaco antitusígeno,
que aumenta la latencia o umbral del centro tusígeno. Entre estos fármacos
figuran la codeína (15 mg cuatro veces al día), medicamentos no narcóticos como
el dextrometorfano (15 mg cuatro veces al día). Estos medicamentos son un
tratamiento sintomático útil interrumpiendo paroxismos prolongados que se
autoperpetúan. Sin embargo, habitualmente no debe suprimirse una tos productora
de cantidades significativas de esputo, debido a que la retención de esputo en
el árbol traqueobronquial puede interferir con la distribución de la
ventilación, la aireación alveolar, y la resistencia pulmonar a la infección.
Cuando las secreciones son
espesas, fuertes y/o adherentes pueden ser útiles una hidratación adecuada, los
expectorantes, y la humidificación del aire con un nebulizador ultrasónico con
bromuro de ipratropio, un tipo de broncodilatador de acción antimuscarínica que
se administra en 2 inhalaciones (36 μg cuatro veces al día). El glicerol yodado
(30 mg cuatro veces al día) puede ser especialmente útil en la tos del asma o
en la bronquitis crónica, y la guaifenesina (100 mg tres veces al día), en la
bronquitis aguda o crónica. El aclaramiento mucociliar puede aumentar con
agonistas beta-adrenérgicos como la efedrina (12.5 mg cuatro veces al día),
especialmente en pacientes con fibrosis quística, y la teofilina (100 mg tres
veces al día), en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
El tratamiento protusígeno
(favorecedor de la tos), está diseñado para aumentar la efectividad de una tos
útil pero inadecuada. Los aerosoles con suero salino hipertónico pueden
aumentar el aclaramiento de partículas de las vías aéreas inferiores durante la
tos en pacientes con bronquitis, y se ha demostrado un efecto similar de los
aerosoles de amilorida en pacientes con fibrosis quística.
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