Los niños pequeños que comen
con platos grandes y se les permite servirse solos comen más y
consumen más calorías, según una investigación reciente.
El
estudio contó con 41 estudiantes de primer curso de una
escuela de primaria de Filadelfia para evaluar si la investigación
realizada con adultos sobre el tamaño del plato y la ingesta de comida
también se cumplía en los niños.
"Descubrimos que los niños se servían a sí mismos unas 90 calorías
más cuando usaban un plato grande para el almuerzo [en comparación con el plato pequeño]", comentó Katherine DiSantis,
profesora asistente de salud pública comunitaria y global en la Universidad de Arcadia, en Glenside, Pensilvania.
Sin embargo, resultó que
en el caso de los niños, estos comían más con los ojos que con el estómago. "Comieron aproximadamente la mitad de cada
caloría adicional que se sirvieron a sí mismos", afirmó DiSantis.
El estudio, financiado por el Departamento de Agricultura de
EE. UU., se publicó en línea el 8 de abril en la revista Pediatrics y estará incluido en la edición impresa de mayo de la
revista.
La obesidad de los niños es un problema en aumento en Estados Unidos. Alrededor del 17 por ciento de los niños de 2 a 19
años son obesos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
En
los adultos, se sabe que el
tamaño del plato influye en la cantidad de comida que ponen en él y en
la cantidad que comen, comentó DiSantis. Otras investigaciones han
descubierto que los niños comen más comida cuando les sirven porciones
más grandes. Pero no se sabía, indicó DiSantis, si el
uso de platos más grades, de un tamaño de adulto, haría que los niños se
sirvieran y comieran más comida al servirse
solos.
Los investigadores invitaron a 41 estudiantes de primer
curso de dos clases distintas de una escuela de primaria a almorzar,
usando un primer
plato pequeño de niño y luego uno de tamaño de adulto. Los niños podían
elegir entre un plato principal y platos de
acompañamiento (pasta con salsa de carne, croquetas de pollo, verduras
mezcladas y salsa de manzana). Todos tomaron porciones fijas de leche y
pan en
cada comida.
Los investigadores pesaron las porciones antes y después de que cada niño comiera y calcularon el consumo calórico.
Ambos factores (el tamaño del plato y tener la posibilidad de
servirse solos) parecían funcionar en conjunción, afirmó DiSantis.
"En general, los platos de tamaño adulto por sí mismos no hicieron que
se comiera más", señaló.
El
índice de masa corporal (una medida de la grasa basada en la estatura y el peso) del niño no pareció predecir quién comería
más, hallaron los investigadores.
Lo que predijo qué era lo que se iban a servir a sí mismos fueron los gustos de cada niño.
A los que les gustó el plato principal se sirvieron alrededor de 104 calorías más.
Los resultados del estudio mostraron,
indicó DiSantis, "que los niños miran a su entorno en busca de alguna dirección cuando se encuentran en una situación en que
han de tomar decisiones sobre cuánta comida servirse".
En el estudio, las diferencias en las calorías no fueron grandes,
reconoció. "Pero si esto fuera así cada día, contribuiría a la ingesta total de energía del niño y a su
peso", aseguró.
Usar platos más pequeños podría darles una guía del tamaño de las porciones,
afirmó.
Una experta en nutrición que revisó el estudio restó importancia al rol del tamaño del plato, aunque no lo
hizo completamente.
"En el fondo, se trata de la porción que se
sirve, más que del tamaño del plato (y si al niño le
gusta la comida o no), lo que influye en la cantidad que comen y que se
sirven a sí mismos", afirmó Marjorie Freeman, profesora asociada de
nutrición, ciencias de la alimentación y empaque en la Universidad
Estatal de San José, en California. En su propia investigación,
se encontró con que conforme aumenta el tamaño de la porción, aumenta la
cantidad que se come.
Freeman aconsejó a los padres
que siguieran las recomendaciones del Departamento de Agricultura de EE.
UU., que sugieren que se llene medio plato con fruta y verdura.
Los padres
también pueden elegir el tamaño de los platos de sus hijos en función de lo que habrá en el plato. "Para aquellos alimentos que
usted quiera que sus hijos coman mucho, como fruta y verdura, yo pondría platos más grandes", aconsejó.
Las croquetas de pollo
fritas, agregó, podrían servirse en un plato más pequeño.
Los autores del estudio comentaron que los niños del
experimento se sirvieron más fruta en los platos grandes, pero no más verdura.
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